Los últimos laterales de Peñarol

El puesto de lateral derecho de Peñarol ha pasado de mano en mano en los últimos años sin que ningún jugador pudiera afianzarse. El único que logró rendimientos óptimos y sostenidos fue Matías Aguirregaray, quien ocupó la posición de número 4 y con los años se fue adelantando en el campo de juego, a tal punto de ser un segundo delantero en la final que le dio el título al elenco de Diego Aguirre en 2010.

Antes y después del Vasquito, fueron más de 10 los que pasaron por esa zona de la cancha sin mayor destaque en los últimos cinco años, aunque con suerte dispar. El otro exitoso fue Mathias Corujo, quien llegó como una solución para el lateral derecho, pero rápidamente ganó metros en el terreno y jugó casi toda la Libertadores 2011 como mediocampista por el mismo carril, con más libertadores en ataque y menos responsabilidad defensiva.

En aquella campaña recordada el marcador de punta por ese sector fue Alejandro González, un zaguero devenido en lateral que nunca terminó de convencer como número 4 pese a que no rindió mal. Para el medio local, no era un jugador con el desdoble suficiente que a veces se requiere para enfrentar a equipos que apuestan por defenderse, dada su naturaleza de marcador central. No obstante, fue otro de los que dejó la puerta abierta para un retorno.

Distinto es el caso de Willinton Techera, quien llegó a mediados de 2009 desde Tacuarembó como un jugador que podía aportarle soluciones en cualquiera de los dos perfiles al equipo de Julio Ribas. Sin embargo, jugó apenas nueve partidos en toda la temporada, completando los 90 minutos en cancha apenas cinco veces. En la misma temporada llegó Víctor Púa, quien asumió hasta fin de año y probó en ese puesto con el brasileño Xavier Robson.

Después asumió Aguirre y Aguirregaray volvió a adueñarse del puesto hasta lograr el título. Además, retornó Alejandro González del Sporting Cristal y se mostró como alternativa, aunque con menos participación de la que lograría un año más tarde. Para ese entonces, a mediados de 2010, Aguirre abandonó el club y llegó Manuel Keosseián, quien apostó por Corujo y hasta por Emiliano Albín, hasta ese entonces un volante de vocación ofensiva que se volcaba por cualquiera de los dos costados. Mientras tanto, Guillermo Varela prometía un interesante futuro en tercera división, luego de haber debutado en el primer equipo en el Clausura 2011, cuando jugaban suplentes en medio de la definición de la Libertadores.

Tras el poco fructífero pasaje de Keosseian volvió Aguirre y Alejandro González fue el lateral de la Libertadores 2011, pero para el segundo semestre de ese año ya no hubo marcadores de punta que se ganaran la titularidad. Adrián Gunino, Bruno Montelongo, Sebastián Rosano y el brasileño Joao Netto llegaron en ese período de pases de mediados de 2011, pero por distintas razones ninguno pudo afianzarse tras la partida de Aguirre en medio del torneo, que propició la llegada de Gregorio Pérez.

A comienzos de 2012 llegó Juan Álvez como alternativa para la zaga y el lateral, pero estuvo un año vistiendo de amarillo y negro sin poder repetir lo muy bueno que había mostrado anteriormente en Wanderers y Liverpool. Así fue como los aurinegros, ya con Jorge Da Silva dirigiendo al equipo, volvieron a apostar por Alejandro González en el puesto de número 4, hasta que retornó Aguirregaray a mediados de 2013 y fue el titular del equipo campeón.

A esa altura ya estaba Baltasar Silva, un polifuncional de la defensa que terminó jugando de lateral izquierdo en el tramo final de la campaña que terminó con el Polilla dando la vuelta olímpica y renunciando días después. Luego no pudo ganarse el puesto con Diego Alonso, quien pidió la llegada de Jonathan Sandoval. El ex Wanderers aparecía como candidato a quedarse con la titularidad en agosto de 2013, pero en su debut ante River Plate la pasó muy mal frente a Cristian Techera y vio reducida su participación.

Baltasar Silva, Sandoval y Albín eran los tres jugadores con los que contaba Fossati cuando llegó al club después del corto pasaje de Gonçalves, y aun así pidió a Andrés Rodales, el jugador con más vocación ofensiva y más llegada al gol de todos los anteriormente nombrados. El duraznese ex Liverpool de 28 años intentará ganarse un puesto que, junto al de arquero, es de los que más dolores de cabeza les ha traído a los directores técnicos mirasoles en el último lustro.