Ante alertas meteorológicas, centros de acogida a personas sin hogar abren 24 horas

En razón de las sucesivas advertencias del Instituto Nacional de Meteorología por la ocurrencia de vientos, lluvias y bajas temperaturas en este invierno, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) indica que están funcionando las 24 horas los lugares para cobijar a personas en situación de calle. Son 910 cupos, distribuidos en 29 centros nocturnos y de medio camino, ubicados en Montevideo, Maldonado, San José y Canelones.

El Programa Calle, que integra la División de Coordinación de Programas para Personas en Situación de Calle del Mides, atiende a personas mayores de 18 años y cuenta con 910 cupos distribuidos en 29 centros nocturnos y de medio camino, 26 de ellos en Montevideo y el resto en los departamentos de Maldonado, San José y Canelones.

Las personas son derivadas por un equipo técnico móvil a la puerta de calle ubicada en Convención 1572, en Montevideo, lugar desde donde se los ubica en los distintos centros.

Diego Curbelo, coordinador del Programa Calle, enfatizó que este plan tiene 15 centros de ingreso de las personas en esa situación, que son parte del nivel 1, según publica la web institucional de Presidencia de la República.

Destacó que aquellas personas que tienen más capacidades de inserción social egresan desde este nivel. "Inician su proceso de reinserción, se vuelven a vincular con su familia, transitan hacia la autonomía laboral o, tras una evaluación previa, egresan con algún tipo de solución habitacional, entre las que puede encontrarse una vivienda del Banco de Previsión Social", explicó.

Los centros que tienen niveles 1, 2, y 3, calificados de esta manera por el grado de autonomía de sus usuarios, funcionan todos en horario nocturno, entre las 18:00 horas y las 9:00 de la mañana, los 365 días del año. Los centros nivel 2 permanecen abiertos los domingos las 24 horas y los de nivel 3 están abiertos sábados y domingos las 24 horas.

Sin embargo, Curbelo insistió en que, "cuando hay advertencia meteorológica naranja o una alerta de nivel rojo, solicitamos a los centros que permanezcan abiertos" las 24 horas, como ocurre en estos días de eventos meteorológicos extremos.

Los centros tienen un cupo, en su mayoría de 30 personas, uno de 35, tres de 40 y dos para 45.

En los centros de medio camino se acogen las personas que están en una etapa de tránsito hacia el egreso del programa. Allí deben costear sus gastos de alimentación y los artículos de higiene personal, además de abonar 60 pesos diarios por el alojamiento, "esta metodología favorece la generación de hábitos de administración de su economía, que es el paso previo para comenzar a alquilar una habitación o una vivienda", indicó Curbelo.

En referencia a las capacidades para el egreso, el funcionario explicó que para la población usuaria de refugios las capacidades personales, las actitudes y las habilidades potencian su inserción en el mercado laboral.

Para favorecer esa inserción, el programa coordina acciones con la Dirección Nacional de Economía Social e Integración Laboral (Dinesil) del Mides. Esa división, mediante un acuerdo con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), brinda capacitaciones en áreas de costura, huerta orgánica, informática y construcción.

"La capacitación en mantenimiento de espacios verdes llevó a que grupos de personas que viven en refugios participaran en el reacondicionamiento de los hospitales Piñeiro del Campo, Vilardebó y Maciel, por ejemplo", relató el entrevistado.

Otro de los programas que brinda atención a las personas en situación de calle son los Centros 24 horas de Cuidado y Recuperación.

El Mides dispone de 246 cupos en nueve centros ubicados en Montevideo, Lavalleja y Treinta y Tres, que brindan atención a aquellas personas en situación de calle con dependencia leve o moderada, crónica o aguda, o en procesos de recuperación.

El Centro de Recuperación Tarará Prado dispone de un cupo para 80 personas y funciona mediante un acuerdo entre el Mides, la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Banco de Previsión Social (BPS).

"Las personas que están en Tarará Prado son usuarios que cursan un posoperatorio o tienen indicación médica de reposo y fueron derivados del Programa Calle o por los equipos móviles del programa de Captación y Derivación", indicó.

Asimismo otro de los programas de la División Calle es el de Atención a Mujeres con Niños que está funcionando en 13 centros, 11 en Montevideo, uno en Pando y otro en Las Piedras.

Políticas específicas para cada población
El desarrollo de políticas específicas para cada población y la adaptación a las ya existentes son parte del trabajo del Mides en este período, sostuvo Curbelo. Agregó que se busca cambiar el modelo de alojamiento colectivo de los refugios.

"El cambio en el modelo de alojamientos colectivos responde a la intención de atender mejor a las personas que presentan niveles de daño, como quienes se vinculan a patología psiquiátrica, larga trayectoria de situación de calle, haber sufrido experiencias de privación de libertad y consumo problemático de sustancias. Son perfiles que presentan dificultades para convivir con otras personas".

En tal sentido, las casas de alojamiento tienen un presupuesto destinado para mejorar sus condiciones edilicias, y es necesario que tengan un mínimo de cinco dormitorios para distribuir de la mejor manera a los 30 usuarios que allí conviven.

Todos los equipos de trabajo que trabajan en los refugios están integrados por un trabajador social, un psicólogo, educadores y un coordinador, además los centros nivel 1 tienen un enfermero.

Los profesionales hacen el diagnóstico de la persona que llega y elaboran un plan de acción individual en función de sus capacidades y necesidades. Las derivaciones tienen el claro objetivo de fortalecer lo colectivo y no acumular niveles de daño personal, manifestó.

Curbelo precisó que todos los centros del programa reciben quincenalmente visitas técnicas de supervisores que trabajan cotidianamente como referentes de los equipos técnicos.

Las actividades de promoción sociocultural, sociolaboral, cineforo, yoga, huerta orgánica, hidroponía, murga, expresión plástica o el taller literario, además de exposiciones de pinturas realizadas por los propios usuarios, son parte de las actividades que complementan la atención en los centros.